Translate

lunes, 19 de enero de 2009

Que Dios se apiade de mi alma...

Dicen que estas fueron las últimas palabras de Edgar Allan Poe. Si Dios existe y acepta "talento" como elemento de redención, por fuerza tubo que apiadarse del alma del poeta que tal día como hoy de hace 200 años nacía en Boston.
200 años de leyenda.




Ya no importa el volumen o la calidad de su obra. Su figura forma parte ya de ese grupo de autores que definen un ambiente, un estilo, con la simple mención de su nombre: Kafkiano, Dickensiano, Brontiano, Galdoniano, Sartriano...el apellido Poe es de mala transformación en adjetivo.
Su vida fue un compendio de pruebas y errores en el que a duras penas sostenía sus apuestas con una salud indecisa, una voluntad ausente, un amor fácil y un talento incontenible. Su obra sobrepasará con creces la minimización de género ( va mucho más allá de la "novela de terror" en tono de insignificancia ) y regalará a la Historia de la Literatura momentos magistrales que pertenecen ya al imaginario colectivo.


  • E. A. Poe; Cuentos ( 2 vol). Alianza editorial. Prólogo y traducción de Julio Cortázar.
  • Ch. Baudelaire; Edgar Allan Poe. Visor Dis., S. A. : Madrid, 1988 ( trad. de Carmen Santos).
  • M. Pearl; La sombra de Poe. Seix Barral: Barcelona, 2006 ( trad. de Vicente Villacampa).
  • Wikipedia: completísima biografía aquí.

2 comentarios:

Luciana dijo...

Mi primer contacto con Poe fue con "Los crímenes de la calle Morgue", a los 11 o 12 años. No es lectura recomendable para criaturas, pero me gustó. De ahí, busqué leer otras cosas del autor.
Supongo que el bicentenario es lo que ha motivado dos proyectos de películas sobre su vida para este año.

Toronto dijo...

Me uno una vez más a sus homenajes y celebraciones del paseando por el amor y la muerte! Y si hace falta voy a Baltimore de rodillas (pero dentro del avión)... Qué buenos malos ratos de pelos de punta se pasan con los cuentos de Poe! Y de paso, que viva la Hammer también!