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domingo, 25 de octubre de 2009

Los caminos de Dickens son inescrutables.


Como Mariko, llevo unos días Dickensianos.
Hace tiempo ya os hablé de como encontré un ejemplar en castellano de La pequeña Dorrit . Hoy tengo que contaros como, por 5 € me he hecho con Cuentos de Boz y Almacén de Antigüedades.
El primero fue un hallazgo de la última Feria del Libro Antigüo y de Coleccionista, de la que suelo desconfiar bastante... me trago mis palabras: un Cuentos de Boz ( un tanto enmohecido, eso si, pero bastante bien conservado ), editado por Espasa Calpe en la imprescindible Colección Austral , allá por 1963, con traducción y prólogo de Rosendo Llatas.
El segundo, un encuentro sorpresa en Els Encants de Gràcia ( c/ Asturies ). Una edición de aquellas de colecciones de clásicos que, con su falso cuero y sus dorados, tan bien quedan en las estanterías, pero en castellano al fin y al cabo. Editado por Club Internacional del Libro en un año indeterminado, con traducción anónima ( y vieja, dado que los protagonistas tienen nombres en castellano...con esos nombres onomatopéyicos tan particulares de los que solía echar mano Dickens, no se atrevieron...).
Así que ahora ya sabeis qué he estado haciendo estos días de lluvia...

5 comentarios:

La Abutrí de Getafe dijo...

Bonita forma de pasar el tiempo!!.
Yo he hecho exactamente lo mismo pero con Wilkie Collins.

littleEmily dijo...

Vaya descubrimientos! Little Dorrit lo tuve que comprar en inglés porque estaba harta de buscarlo en castellano.
Por cierto, también me he encerrado en casa con La Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata de Guernsey.

Cristina dijo...

Está claro que Dickens y tú estáis hechos el uno para el otro, qué de encuentros. Debes de tener un rinconcito Dickens muy chulo con tantos hallazgos curiosos.

Samedimanche dijo...

Abutrí, usted si que sabe!!
Emily, es en castellano pero de aquellos recortados por todas partes...creo que hasta Dickens acabó llamándose Charly, por abreviar.Eso si, La sociedad literaria no es mala elección tampoco, no.
Y si, Cristina, mis historias con Dickens son interesantes...¡¡hay que ver lo que uno encuentra sin querer!

Luciana dijo...

En mi último viaje a Bs. As. me traje el tesoro de Little Dorrit en español, la edición de Aguilar de hace unos años.
Todavía no lo empecé, pero estoy ansiando tener el tiempo.