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viernes, 28 de enero de 2011

Nueva York



Londres me gustó. Rusos, no tanto.
Y creo que el que mucho abarca poco aprieta y que para crear una novela-saga de entre 400 y 2.000 años de escenario hay que tener un talento especial y escaso.
Edward Rutherfurd no lo tiene. Pero se acerca con dignidad y sin pretensiones... lo que es muy de agradecer en estos tiempos de longitudes y extensiones plastas.
Este es, sin duda, un libro para amantes de la ciudad de Nueva York y en él disfrutaremos de su nacimiento y su desarrollo. Las familias que la pueblan son anecdóticas, así que en numerosas ocasiones sentiremos que el texto está desenfocado, que el primer plano está borroso mientras que, por detrás, se desarrolla la verdadera historia. Lástima que el segundo plano se quede pequeño en numerosas ocasiones y veamos transcurrir a lo lejos, quedamente, acontecimientos históricos de importancia contrastada.
Eso si, se lee bien. Pero no hace falta que os valláis ahora mismo a leerlo. Será una buena distracción, una lectura ligera ( a pesar de su tamaño ) entre historias de más peso.


A no perderse la magnífica página oficial de la novela: AQUÍ.

lunes, 24 de enero de 2011

Lo que Alba edita...

...va a la mesita. Este es un viejo dicho que corre por casa ( que se ha ido ampliando y dando cabida a Asteroide, Atalanta, Acantilado...¿Qué tienen las editoriales cuyo nombre empiezan por A?) y que estos días se ve, de nuevo, justificado.
En mayo recibíamos como agua de ídem la traducción al castellano de La señora Lirriper ... Y el pasado sábado, siguiendo la ancestral costumbre de comprarme un libro cuando estoy enferma ( que ya estoy bastante bien... si no ¿qué hago pululando por La Central ?), abrí mi corazón, mis brazos y mi cartera ( Hay que ver cómo está el patio...un libro de 18 € me pareció barato...) a Una casa en alquiler.





Copio de Alba:
"La anciana Sophonisba debe trasladarse a vivir a Londres. Enfrente de su nueva residencia hay un inmueble señorial pero deteriorado, del que cuelga desde tiempos inmemoriales el cartel de «Se alquila». ¿Por qué, se pregunta Sophonisba, nadie quiere alquilar la casa? ¿Y por qué ve en ella, si está deshabitada, un ojo que la mira? Jabez Jarber, su eterno pretendiente, y Trottle, su fiel criado, siempre celosos el uno del otro, se proponen aclarar el misterio. Jarber reconstruye la historia de los antiguos inquilinos de la casa; Trottle, más audaz, entra en la casa misma. Una casa en alquiler reúne lo mejor y más característico del elenco y el sentimiento dickensiano en una obra deliciosa, hasta hoy inédita en español."





Este es uno de esos casos en que Dickens tiró de amigos para escribir una historia para la revista Household Words. Ésta en concreto ( A House to Let ) apareció en el número de Navidad de 1958 con la colaboración de Elizabeth Gaskell, Adelaide Anne Procter y Wilkie Collins.
Puede que ya no queden novelas de Dickens por leer...pero las revistas aún nos van a dar muchas alegrías.

La que domine la lengua de Shakespeare, puede aprovechar el Gutenberg Project.



Una casa en alquiler
Dickens, Charles 

Colección: Alba Clásica
Número colección: CXV
Traducción: Concha Cardeñoso Sáenz de Miera
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 97884-84285991
Páginas: 184

jueves, 20 de enero de 2011

Sobre vivir en ...la vicaría.

Un accidente doméstico me mantiene dolorida y en reposo. No salgo de casa porque vivo en un 5º sin ascensor, así que tengo mucho tiempo para mi.
Por un lado, leo un libro muy gordo (Nueva York de Edward Rutherford ) y veo mini-series ad hoc, como John Adams o Dioses y generales ( gracias desde aquí, de nuevo, a Elena por su post sobre la Biblioteca del Congreso ). Por otro, miro a las musarañas y pienso en tonterías, como por ejemplo, cómo sería vivir en una vicaría.
En realidad, no sé exactamente a qué se dedica un vicario ( a parte de a pretender casarse con primas desheredadas ) ni si una vicaría ha de responder a algún tipo de requisito especial, pero me imagino que vivir en una debe ser algo así:





La vida en la vicaría es simple y sencilla pero exigente.
Los días empiezan temprano pero, como a la mujer del vicario de le supone casera y ocupada, no se requiere su presencia fuera del hogar hasta bien entrada la mañana...esos si, que nadie sepa que duermes hasta tarde.
Para poder disfrutar de la vida hogareña es imprescindible disponer del servicio adecuado,  lo más huraño posible, para que no vayan por ahí aireando a qué dedicas realmente ese tiempo que todo el mundo supone que empleas en cocinar, limpiar y hacerle a tu digno esposo la vida más agradable. Es mejor que nadie que los libros que lees no están a la vista de cualquiera, que no sabes cocinar en absoluto y que desconoces cual es el extremo correcto para remojar una fregona.
Un servicio huraño y extranjero será lo mejor: aunque van a ser culpados de cualquier suceso que se salga de lo normal en la aburrida vida del pueblo y alrededores, también serán los sospechosos de cualquier extravagancia que pueda intuirse en tu hogar. para vivir en una vicaría es, como mínimo imprescindible, hacerse con un mayordomo hindú y una doncella francesa.
También es aconsejable tener alguna caritativa obligación que nos lleve a Londres ( claro ) al menos una vez por semana. Una obligación cuanto más tediosa mejor, porque si es por algún tipo de placer -por inocente que sea- será tachado inmediatamente de frivolidad y fuertemente criticado tanto desplazamiento inútil.





Por seguridad y en aras de una vida lo más pacífica posible, es sumamente necesario llevar la agenda al día con precisión militar: si se ha prometido hacer una visita, participar en algún comité o formar parte de un jurado, el cumplimiento de la palabra dada es obligatorio. Si se recurre a lo que nos pueda parecer una excusa lo suficientemente sólida como para no aceptar una invitación, hay que mantenerse fiel al plan y controlar que no se nos pille en un renuncio...por lo que seríamos terriblemente criticadas, castigadas y recordadas.
Por lo mismo, hay que dejarse ver a menudo. Pasea inocentemente, ve a la compra, aficiónate a la pintura de paisajes o a la jardinería...permanece a la vista. Así, un tobillo torcido no pasará de ahí y todo el pueblo colaborará en tu pronta recuperación...pero si nadie lo ve, tu tobillo torcido pronto será una pierna rota, gangrenada, amputada, sustituida por una de madera. Asume que eres objeto de atención y que, además, nunca serás lo suficientemente buena para tu marido, que él no es lo suficientemente bueno para el pueblo y que, ergo, tu pareces mala para el pueblo. Cuida de que el pueblo no sea malo para ti. O para tu matrimonio.
Si crees que no te importa el chismorreo, ten en cuenta que al vicario le importa mucho. Si no por el valor intrínseco del rumor, por su capacidad informativa  o por su trayectoria, será por su poder tedioso  y repetitivo sobre la paz cotidiana. No creas que soportará estoicamente que todo el mundo le venga con comentarios sobre ti.
Olvida el fox-trot y las novelas de misterio. Olvida conducir tú misma el coche. No fumes, no vistas con imaginación, no cultives plantas demasiado llamativas, no hables con caballeros de menos de 100 años.
Olvida ir al teatro o a restaurantes. No olvides saludar a tus vecinos con alegría, pero no con demasiada alegría. Sé simpática pero no en exceso. Atenta, pero no metomentodo. Educada, pero no más que ellos. Hermosa, pero no más que ellas...
Si se comete un asesinato en la zona, adquiere una actitud sospechosa. Si  se produce un accidente, muéstrate compungida. Si hay un bingo de caridad pierde de un modo decoroso y si hay una rifa de solteros, puja por tu propio esposo. Y, sobre todo, lee siempre al doctor Johnson cuando estés a la vista de tus vecinos.





Leyendo más sobre vicarías:
- Muerte en la vicaría de Agahta Christie.
- Trilogía de Roth de Andrew Taylor.
- El vicario de Wakefield de Oliver Goldsmith.


viernes, 14 de enero de 2011

Edwin Drood



A su muerte, Charles Dickens dejó inacabada El misterio de Edwin Drood, la que hubiese sido su última novela. De las doce entregas previstas, sólo vieron la luz la mitad que, en Septiembre de 1870 llegaba hasta el capítulo 23.
A pesar del título, el protagonista de la novela es el tío de Drood, John Jasper, opiómano y director del coro de la catedral, quien está enamorado de la prometida de su sobrino, Miss Dudd, que también ha llamado la atención de Neville Landless (¡ay, esos nombres de Dickens!), recién llegado de Ceilán con su hermana gemela, Helena, y pronto descubierto como adversario de Drood.
Pero un buen día, Drood desaparece...
Y ahí se quedó una  historia que nunca pude conseguir en castellano...hasta ayer.
Visitando "Els encants de Gràcia" ( C/ Asturias) encontré el volumen II de las Obras Completas de Dickens que editó Aguilar en 2004 y contenía una traducción la mar de graciosa de Edwin Drood, a cargo de José Menéndez Sierra.No sé en que año se realizó por primera vez, pero el caso es que aún podemos conocer a John Jasper como Juan Jasper (para Edwin  y neville no debieron encontrar equivalentes ) a Helena por Elena (ya me diréis...), etc. Al menos, con los apellidos no se atrevieron.
En fin, que Dickens siempre se las apaña para salirme al paso.



martes, 11 de enero de 2011

Isabella Sewart Gardner Museum


Si algo bueno tiene Internet es que te permite acercarte al mundo, conocer lugares que ni imaginarías y acceder a ellos con toda facilidad. Si tienes suerte, puedes hasta comprarte unos billetes de avión y reservar un hotel para ir a visitar tus descubrimientos sin moverte de la silla.
Hoy he descubierto un lugar maravilloso.
Eso si, no hay billete de avión que valga; hay que hacer la visita virtual.
El Isabella Sewart Gardner Museum acaba de convertirse en uno de mis rincones favoritos.





Isabella Sewart estipuló que su maravillosa casa ( diseñada por Willard T. Sears ) y su espléndida colección de arte se transformasen, a su muerte, en un Museo en el que no se permitía cambiar nada de sitio... de hecho, hoy día aún se ven en las parades los marcos vacios de las obras robadas en 1990.
Su aire excéntrico continúa con la admisión: la entrada es gratis si te llamas Isabella o si lo visitas el día de tu cumpleaños.





Telas y papeles de pared únicos en su especie. Muebles, ornamentación y arte. En este museo no se desperdicia nada.
¡Y pensar que era un hogar, una casa como la mía o la vuestra!
¿Os imaginais vivir en un lugar así?
Rodeadas por Botticelli, Matisse, Cellini, Rafael, Rembrant, sargent, Tiziano, Turner o Velázquez... a mi no me sacan de casa si no es con los pies por delante.




Por si hacían falta motivos, aquí teneis uno para visitar Boston.

lunes, 10 de enero de 2011

Futuro incierto...

Si alguien quiere saber lo que le depara el 2011, que se pase por aquí:



Por lo visto, este año voy a encontrar un tabajo cargadito de posibilidades en el que desarrollaré mi intuición, mi capacidad artística y ampliaré conocimientos.
Ya os contaré.

^-^



sábado, 1 de enero de 2011

Concierto de Año Nuevo




Para mi, el año no empieza hasta que suena la Marcha Radetzky de Johan Strauss Sr. y gente de todo el mundo se lanza a llevar el ritmo con las palmas.
Podría pasar sin uvas, sin brindis, sin recopilatorio de actuaciones horteras, pero no podría pasar sin ver el concierto de Año Nuevo entre resacosa, dormida e ilusionada.
Cuando suena una polca o un vals rápido no puedo evitar acordarme de las damas de Cranford y sus reticencias a adoptar semejante baile.
Este año Franz Wesler-Möst ha estado ( bueno, es ) sosote, así que os dejo con George Prétre que el año pasado estubo muy gracioso.
Feliz 2011.