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jueves, 24 de mayo de 2012

Museos y brujería.


Descubro por Dina y su estupendo blog Oltra Bitácora la existencia de este lugar tan encantador, el Museum of Witchcraft de Boscastle. Una excusa perfecta para visitar el norte de Cornualles.
Es curioso cómo me atraen esta especie de atracciones semi-mágicas y semi-culturales... supongo que la niña que hay en mi sigue viendo por el rabillo del ojo la misteriosa realidad de cuento de hadas que rodea la rutina diaria.
A la que puedo, visito cosas como el London Dungeon y las disfruto muchísimo. Supongo que tengo facilidad para aparcar mi incredulidad del siglo XXI.








En mi corta experiencia viajera sólo he tenido tiempo de visitar el New Orleans Historic Voodoo Museum, un timo como museo, pero una maravilla como pachanga turística lo que, a veces, es de agradecer. Lo ideal es visitar estos lugares con amigos crédulos y miedosos...








Añado a la lista de visitables el Salem Witch Museum, poco más que una tienda de disfraces de Halloween, pero con la particularidad de su auténtico emplazamiento histórico.




Para aquellos que, como a mi, os guste el mundo paranormal tanto como a Iker Giménez, propongo la revisión de Häxan (La brujería a través de los tiempos), la obra maestra de Benjamin Christensen que, desde 1922 nos viene helando la sangre.
Podéis descargarla aquí o recurrir a you Tube.
Felices escalofríos.



jueves, 10 de mayo de 2012

La conquista del oeste catódico...

Bueno, la televisión ya no es catódica pero tampoco es televisión en tono despectivo porque las series de televisión son, hoy por hoy, el nuevo cine. Liberadas, gracias a la tecnología, de los caprichos del aparato de televisión, las eternas tandas de anuncios y los horarios imposibles de las cadenas, las -buenas- series de televisión son un placer al alcance de cualquiera.
A mi me ha dado últimamente por el Oeste ( si es en mayúsculas es que es el americano). 
De pequeña ya había visto encantada producciones como La Conquista del Oeste,  Bonanza y, si me apuráis, La casa de la pradera. Pero de mayor tu visión del mundo cambia y, desencantada, agradeces que el universo televisivo se ensucie ( un poco).
Ahora el Oeste pasa por Deadwood y por Hell on Wheels.

La ciudad de Deadwood se asienta en Dakota del Sur, junto a las Black Hills y es mundialmente conocida por haber sido el escenario de la última mano de poker del famoso pistolero Wild Bill Hickok en la que llevaba la no menos famosa "Mano del muerto"; ases y ochos.



El la serie, por su parte, podemos vivir el desarrollo de una ciudad fronteriza entre la Biblia y la bebida, las minas y el Saloon, y muchas capas de humanidad en lo bueno y en lo malo.
Para conocer su historia de cerca, no dejéis de visitar The Historic Deadwood.





Deadwood


Y ahora estoy terminando de ver Hell on Wheells, que es el nombre que recibían los campamentos que seguían las obras del ferrocarril a lo largo de territorio americano para que a los trabajadores no les faltase de nada.
En Hell on Wheels seguimos milla a milla la construcción del ferrocarril, la difícil postguerra de la Independencia, los tira y afloja con la emancipación, los chinos y los indios, la emigración, los inicios del cine...todo como lujoso trasfondo de una lujosa historia de amor y venganza arrastrada desde los horrores de la guerra.





Un verdadero Hell on Wheels.

***

"I found as I passed through North Platte that the Indians had driven all the traders and miners in from the mountains," escribió el  Mayor Henry C. Parry de camino a Colorado. "And at North Platte they were having a good time gambling, drinking, and shooting each other."


***

Así que, entre esto, las últimas referencias de Oscar a los maravillosos libros de Willa Cather y que ya hace calor, he empezado mis vacaciones (mentales) y me estoy trasportando al Oeste.

Para leer sobre este mundo tan inabarcable como las praderas:
El poni rojo de John Steinbeck ( gacias, Toronto!) o Warlock y Bad Lands de Oakley Hall.
Yo de ti lo haría, forastero.

Y sobre la construcción del ferrocarril tenéis  toda la información del mundo en la Biblioteca del Congreso. Aquí, las fuentes para profesores. 
Y en lugares como estos:

¡Buen viaje!