Para finalizar este periplo virtual por la Ville lumière, dos preciosos enclaves dedicados a los ausentes.
Primero, el cementerio de Passy.
Si aprovecháis la visita al Trocadero o al Arco de triunfo podéis asomaros a este semidesconocido rinconcito parisién que permite una vista inusitada de la Torre Eiffel . En The Dark House os lo muestran en todo su esplendor. Yo me conformo con enseñaros un par de sus inquilinos más ilustres: Fernandel y Claude Debussy.
Y, para disfrutar de animales desaparecidos en un escenario victorianísimo, no podéis dejar de visitar el Museo Nacional de Historia Natural de París, situado en pleno corazón del Jardin des Plantes y, sobre todo, la Gran Galería de la Evolución. Ésta se encuentra desplegada en un edificio de hierro y madera abierto en toda su altura, envuelto en galerías desde las que se puede observar un gran desfile de animales, sentarse un ratito a descansar en estupendas sillas de cuero o curiosear sobre especies extinguidas como un Doctor Moreau cualquiera. Merece cada euro del precio de la entrada.
Como punto final a los comentarios de esta breve pero intensa visita a París, os dejo con algunos de los animales más alegres de la exposición.
Ya estoy deseando volver a coger las maletas...
2 comentarios:
Delante de la tumba de Debussy también debería yo de hacer una genuflexión. Me voy a poner a oir "Pelleas y Melisande"...
Bien hecho,Oscar. Yo llevo un mes haciendo siestas de fauno...
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