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viernes, 28 de enero de 2011

Nueva York



Londres me gustó. Rusos, no tanto.
Y creo que el que mucho abarca poco aprieta y que para crear una novela-saga de entre 400 y 2.000 años de escenario hay que tener un talento especial y escaso.
Edward Rutherfurd no lo tiene. Pero se acerca con dignidad y sin pretensiones... lo que es muy de agradecer en estos tiempos de longitudes y extensiones plastas.
Este es, sin duda, un libro para amantes de la ciudad de Nueva York y en él disfrutaremos de su nacimiento y su desarrollo. Las familias que la pueblan son anecdóticas, así que en numerosas ocasiones sentiremos que el texto está desenfocado, que el primer plano está borroso mientras que, por detrás, se desarrolla la verdadera historia. Lástima que el segundo plano se quede pequeño en numerosas ocasiones y veamos transcurrir a lo lejos, quedamente, acontecimientos históricos de importancia contrastada.
Eso si, se lee bien. Pero no hace falta que os valláis ahora mismo a leerlo. Será una buena distracción, una lectura ligera ( a pesar de su tamaño ) entre historias de más peso.


A no perderse la magnífica página oficial de la novela: AQUÍ.

4 comentarios:

Oltra Bitácora dijo...

Buf!yo lo terminé hace cosa de un mes y la verdad esq se pierde en el camino, a veces es tan detallista q no entiendo yo la necesidad de contar hasta las plumas que llevaban las señoras en los sombreros,jeje

littleEmily dijo...

Rusos me lo leí a la vez que estudiaba Historia de Rusia en la facultad y me lo pasé genial pero lo encontré más pobre que Londres. El bosque lo dejé a medias... Nueva York lo leeré seguro, pero no sé cuando, a no ser que mi madre se haga con él (está enganchada).

Petonets profe ;)

Cristina dijo...

Sólo he leído Londres de este hombre y de eso hace ya siglos. Lo recuerdo un poco pesado a trozos, de ahí que no me haya dado por leer ningún otro de sus tochos.

Eso sí, al ver el título de la entrada pensé que te nos ibas a esas tierras y ya me estaba carcomiendo la envidia ;)

Samedimanche dijo...

Ay, cristina, ya me gustaría, ya!! Aunque fuese con la nieve por la cintura...