Está comprobado que, en tiempos de crisis, la gente se lanza a los cines en busca de experiencias fuertes y baratas. De ahí el auge cíclico del cine fantástico y de terror a la que la economía se pone fea.
La guerra fría impulsó el miedo a la invasión alienígena o zombi y las crisis económicas de los primeros 80 y los primeros 90 se superaron a base de psicho killers, slasher y sangre adolescente ( El resplandor o Viernes 13, 1980; Aquella casa al lado del cementerio, Creepshow o Un hombre lobo americano en Londres, 1981; El Ansia o Videodrome, 1983; pesadilla en Elm Street o En compañía de lobos, 1983, Noche de miedo, Reanimator o El día de los muertos, 1985; etc. Diez años más tarde triunfarían películas como Línea mortal, Temblores o Darkman, 1990; Braindead o drácula de Bram Stoker, 1992 ). Pero ¿ a qué nos abocamos en estos momentos?
No hay gris-gris que valga, el zombi moderno , aún siendo de origen eminentemente humano, es un ser despojado por completo de su humanidad. No es romántico, no es glamuroso, no atiende a hechizos ni a razones, no se enamora y no reconoce ni a su madre. El zombi es malo, feo e imparable. Y lo peor de todo es que, últimamente, es veloz. Tonto, pero veloz.
Mi reciente admiración por la crisis zombi viene de la mano de 28 días después ( 28 Days Later, Danny Boyle, 2002 ), Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, Zack Snuder, 2004 ), Zombies Party (Shaun of the Dead, Edgar Wright, 2004 ) o, más recientemente, Bienvenidos a Zombieland (Zombieland, Ruben Fleisher, 2009 ), pero sobre todo del libro Guerra Mundial Z (Max Brooks, Almuzara, 2008 ).
El libro de Brooks enlaza además, a mi parecer, con otra tendencia igual de amenazante que es el Apocalipsis. La destrucción apocalíptica y el paisaje yermo que deja tras de sí viene siendo la versión de la amenaza zombi para gente con complejos:
el otro es una amenaza, te quiere quitar lo poco que tienes y se quiere comer a tu hijo, pero como no deja de ser un ser humano no te atreves a descerrajarle un tiro en la cabeza. La moral no te condiciona ante la amenaza zombi. Por eso no me gustó La Carretera ( The Road, John Hillcoat, 2009). El remordimiento y la pena paraliza a sus protagonistas... y así no hay quien salga de una crisis. No se puede ser buena persona.
7 comentarios:
Y para más inrrrrri, van y detienen a tres españoles implicados en una red de ¡¡¡ORDENADORES ZOMBIES!!!Controlaban más de 13 millones de ordenadores, sacando información financiera y personal... ¿Para cuando un remake de la película de Jacques Tourneur, ahora titulada "Yo chateé con un zombie"?
A mí los zombies no me van mucho, la verdad. Aunque si hay que verlos, pues los veo. Lo que me ha interesado mucho de lo que cuentas es el principio de la entrada, cuando hablas de la relación entre la mala economía y lo fantástico. Muy curioso.
Por cierto, como te gustan los zombies, en la tienda Laie del CCB (ay, nunca sé cuántas Cs son, siempre lo llamo CCCCCCCCCB ;); bueno ya sabes, al lado del MACBA) tienen una caja de figuritas zombie y hasta un zombie teledirigido :D
Jajaja...no es que los zombis me gusten especialmente, pero ahí están con mayor o menor acierto.
Cristina, tu pon C's que más vale que sobren.
Toronto, ahora mismo le corto la cabeza al ordenador...por lo que pueda pasar.
El zombi es de las pocas criaturas de terror que nunca me ha atraído, es más, me da mucho asco. He visto varias películas de zombies pero nunca me han gustado, a diferencia de los vampiros, los hombres lobo o los fantasmas. Supongo que será por su decrepitud, las escenas sangrientas de cuando se alimentan y lo lentos y tontos que son ;-)
Hace poco vi "El diario de los muertos", una de las últimas que se han hecho y precisamente del tipo de zombies que comentas en tu entrada, los infectados por algún tipo de virus.
Saludos,
Tanakil.
Tanakil, es lo que tienen: glamour 0 y mucha hambre ;)
Hola, Samedimanche, Esther Plaza me ha recomendado tu blog... y aquí estoy. Interesante tu artículo sobre zombis. A mi siempre me han interesado, es horror en estado puro, sin coartadas románticas, aunque tremendamente metafóriocs. Ya el maestro Romero (que actualmente anda el hombre de capa muy, pero que muy caída) lo insinuaba en sus tres primeras obras maestras,
"La noche de los muertos vivientes", "Zombi" y "El día de los muertos", utilizando a los zombis para fustigar la sociedad actual. Hace unos días leí "Guerra Mundial Z" y "Apocalipsis Z", dos libros absolutamente recomendables, más que por el tema zombi en sí, por las implicaciones sociales, económicas, políticas. "Guerra Mundial Z" parece más un libro de política-ficción que de terror, con sus hipótesis (con bastantes visos de realidad) sobre la reacción de la humanidad ante una crisis apocalíptica (sustituye zombis por cualquier virus destructivo y el resultado no será menos espantoso). Gente que aprovecha la situación para enriquecerse, guerras civiles, planes de exterminio, intentos de acabar con la plaga con bombas nucleares... En fin, que ciertos comportamientos humanos dejan a los zombis a la altura del betún.
En fin, que en enrrollo, jajaja. Iré visitando el blog, me parece muy interesante. Un saludo.
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