Cuando enfermaba de pequeña, sabía que a la tos la acompañaría, muy probablemente, un libro de Julio Verne.
Mis padres, desorientados por el gusto por la lectura que desarrollaba su primogénita, encontraron un filón. Sus historias me mantenían hechizada durante horas, no parecía haber nada pernicioso en ellas y podían comprarlas en la librería de la calle.
Así me tiré cinco semanas en globo y me sumergí 20.000 leguas, viajé al centro de la tierra y a la isla misteriosa y al faro del fin del mundo con los hijos del capitán Grant. Fui de la tierra a la luna y di la vuelta al mundo en 80 días.
En nuestras aventuras descubrimos el helicóptero, internet, los trasatlánticos, el submarino, el ascensor y lo malas que eran las tribus tártaras.
Decididamente, ofrecían mucho por muy poco.
Una V muy merecida.
6 comentarios:
Qué mona debías de estar de pequeña enfrascada en los mundos de Verne :D
Yo estaría feliz si tuviera una hija con ese gusto literario.
Saludos.
Oye... me ha gustado mucho tu abecedario, aunque aún no había comentado nada. Ya solo quedan 4!
No creáis que fue fácil para mis padres tener una hija lectora...como no sabían qué darme me dieron toda la libertad para elegir a placer, así que ya veis el ecléctico resultado.
Mis hermanos, eso si, no leen ni que los maten.
Mariko: me alegro de que te guste!
pssst ! You might enjoy this guest post I did a while ago at my friend's blog
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:)
Amazing, Mathyld!
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