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sábado, 4 de diciembre de 2010

D de Drácula.



Bram Stoker acertó de pleno cuando cambió el nombre del Conde Vampyr por el de Conde Drácula. En un principio decía menos pero, hoy por hoy, dice más. Mucho más. Stoker bautizó un mito.





Mi primer contacto con el Conde fue como cebe ser: casi me muero del susto cuando, en las proyecciones de los viernes de la biblioteca popular del barrio, vi a Christopher Lee enseñar los dientes. Sangre Hammer en tremendo Technicolor. 
Ha sido el único  monstruo que me ha infundido un miedo profundo...pero todo se arregló con Bela Lugosi y su elegante interpretación. Y con años y lecturas.
Ahora soy fan. Y la llegada del Demeter  a Whitby es uno de mis pasajes preferidos de la literatura.





3 comentarios:

Luciana dijo...

No recuerdo cuál de las películas había visto cuando tenía 8 años, pero por una semana dormí con los brazos alrededor del cuello jaja.
Como si eso fuese a impedir un ataque vampírico.
Es que a mi me llaman Luci y temía por la coincidencia.
Saludos.

La Abutrí de Getafe dijo...

Si,si,me acuerdo de esas pelis en la biblio pero también me acuerdo de otras en casa de Fina descubriendo otra manera de morder!!.

Todo lo que vivimos nos ha hecho como somos ahora P...Así estamos,como una puta cabra!!.

Muchos besos a ti y a tu santo.

littleEmily dijo...

Drácula es el vampiro genuino y ¡qué se quiten crepúsculitos y demás!

A mí me pasaba lo mismo que a Luciana pero con el señor Frankenstein, noches sin dormir.