Arthur Ignatius Conan Doyle (Edimburgo, Escocia; 22 de mayo de 1859 – Crowborough, Inglaterra; 7 de julio de 1930), fue un escritor británico célebre por la creación del personaje de Sherlock Holmes, detective de ficción famosísimo en el mundo entero.
Pero, dejando a un lado mi enorme admiración por el sabueso apicultor, también fue el creador del profesor George Edward Challenger, personaje central en una serie de historias de ciencia ficción. Apareció por primera vez en la novela: The Lost World ( El mundo perdido, 1912), que describe una expedición a una aislada meseta en Sudamérica donde criaturas prehistóricas, incluyendo dinosaurios, continúan viviendo.
Tras esta llegarían The Poison Belt (1913), El País de la Bruma (The Land of Mist , 1926) The Disintegration Machine (1927) y When the World Screamed (1928).
A partir de El país de la bruma, al professor Challenger empezó a vérsele el plumero paranormal. Tras dedicar gran parte de su vida a Holmes, Conan Doyle se decantó por aquello que, en esa etapa vital, más le interesaba: el espiritismo.
Las hermanas Fox, espiritistas tramposas.
Seguidor convencido de las hermanas Fox, jamás dudó de su capacidad para ponernos en contacto con el más allá, aún después de que confesaran que sus sesiones eran un fraude. De la misma manera, defendió a diestro y siniestro su teoría de que el famoso escapista Harry Houdini disfrutaba de una serie de poderes paranormales que le hacían capaz de escapar de las trampas más imposibles.
Fotografías de las hadasde Cottingley
Pero su credulidad alcanzó las más altas cuotas de inocencia cuando creyó a pies juntillas en la historia de las primas Frances Griffiths ( de 10 años ) y Elsie Wright ( de 16), quienes, en 1917, saltaron a la palestra de lo paranormal esgrimiendo unas fotos que, supuestamente, se habían hecho con una serie de hadas que vivían en su jardín, en la localidad de Cottingley. La noticia creció como la espuma, tanto las niñas como las fotos fueron sometidas al escrutinio de expertos y profanos…pero nadie confió tanto en ellas como Sir Arthur, que escribió dos panfletos y un libro testimoniando la autenticidad de las fotos.
Sir Arthur retratado en Punch como un pobre hombre encadenado a su más famosa creación y la cabeza en las nubes. Qué mala gaita.
Aunque las niñas confesarían que aquellas imágenes no eran más que un montaje, a día de hoy aún no se ha podido explicar definitivamente, cómo consiguieron hacerlas.
Mientras tanto, si queréis creer como creyó Doyle, podéis leer El Misterio de las Hadas, publicado por Olañeta en 2003.
También disponéis de algunas de las aventuras del profesor Challenger en castellano, entre ellas, El País de la Bruma , editado por Jaguar en 2003.
Si no estais para lecturas, os remito a la preciosa película Fotografiando Hadas, de Nick Willing ( 1997 ), en la que el dolor que siente un fotógrafo tras la desaparición de su amada, le lleva a interesarse por el Más Allá en busca de respuestas. Cuando una mujer misteriosa le muestra una fotografía en las que aparecen hadas, marcha detrás de ella hasta el pequeño pueblo en que vive.
O Cuento de Hadas (Fairy Tale, a True Story), dirigida por Charles Sturridge ( reponsable de la serie Arriba y Abajo ) en 1998 ( ya habreis observado que, en Hollywood, las historias sobre el mismo tema vienen de dos en dos), con Peter O'Toole en el papel de Sri Arthur y Harvey Keitel en el de Houdini.
Disfrutadlas como niños.