Las librerías me pueden, ya lo sabéis.
Me gustan los libros porque se leen, pero también me gustan los libros porque son libros: son bonitos, huelen bien, prometen sensaciones sin fin...y ya es más de lo que proporcionan algunas personas.
¿No os gusta el olor a libro nuevo y a lápices de madera que impregna - o debería - la vuelta al cole?
Porque aunque yo ya no vuelva cole alguno, no perdono un lápiz y un libro nuevo.
El lápiz ha sido un HB de rayas amarillas y negras de toda la vida y el libro, El despertar de Kate Chopin.
No lo conocía, pero al leer en la contracubierta que se considera el Madame Bovary americano y que su acción se desarrolla en New Orleans no me lo pienso dos veces. Ya os diré qué tal.
Si queréis leerlo en inglés, Internet Archives os lo ofrece aquí.
También observo feliz que se traducen, editan y reeditan libros de esa larga lista de lecturas deseadas, comentadas en la blogosfera, y que permanecen en latente espera en esa larga lista (material o mental) de libros pendientes. Uno de estos es la muy comentada en estos pagos, La Chaise-Longue Victoriana de Marghanita Laski, conocida entre nosotros por la edición plateada de Persephone Books.
Sobre Marghanita Laski y la elección-flechazo de La Chaise-longue, podeis leer en el blog de Automática Editorial.
Anagrama, por su parte, reedita Angel de (la otra) Elizabeth Taylor, de quien tanto y tan bien nos habla Cristina. Es una ocasión a no perderse para conocer a esta autora que nos llega tan bien avalada.
Aunque desconocido para mi, este libro atrae mi interés de inmediato: Ático de los libros nos trae Augustus Carp, una sátira desternillante sobre la hipocresía y las buenas intenciones que empiezan, no por uno mismo, sino por cualquier otro, a cargo de la pluma del médico de Jorge VI.
La hojeada que le doy lo envía directamente a la lista de "pendientes".
Y justo ahora estoy terminando Crónicas de Nueva York, un recopilatorio de viñetas sobre la vida de dicha ciudad aparecidas en New Yorker que hay que leer y saborear a traguitos para apreciar todos los matices y el rastro de sabor en la mente, me llama mucho la atención el nuevo volumen de Maeve Brennan que nos presenta Alfabia: Las fuentes del afecto.
En este caso, los relatos nos acompañan por Dublín, escenario de la infancia de la autora y una de mis ciudades favoritas. Así que, como comprenderéis, a la lista va.
El que si he comprado durante mi visita a la Fira del Llibre d'Ocasió (y qué fácil ha sido escoger sólo uno: o escogí un mal día para visitar la feria o la oferta de este año no proporciona muchas alegrías) ha sido, La musa rebelde de Elizabeth Hickey, una novela sobre Jane Burden, surgida de los barrios pobres de Oxford para poner en jaque a Dante Gabriel Rossetti y William Morris. Veremos qué tal...
Suerte con vuestra reentré y ¡Feliz vuelta al cole!