Progresivamente, Charlotte se unía a Branwell en sus anárquicos juegos de guerra , de los que surgieron la confederación de la Ciudad de Cristal y, más tarde Verdópolis o Angria ( bautizada posiblemente a partir de Kanhoji Angria, fundador de un reino pirata en la costa de la India, que se resistió a los ingleses a finales del siglo XVII y principios del XVIII, hasta su conquista en 1756 ).
A su vez, cuando Charlotte partió para la escuela en 1831, Emily empezó otras obras con Anne, hartas de las lánguidas heroínas de Charlotte y las batallas de Branwell: ése fue el principio de la saga de Gondal, de la que sólo se conservan los poemas que incluía y unas cuantas observaciones crípticas.
Así, mientras Emily se entregaba a las románticas y feroces aventuras que cabría esperar de una creatividad como la suya, Charlotte desarrollaba la saga de Angria, moderando con amor y elegancia canalla los desastres de las guerras organizadas por su hermano ( curiosamente, en las juvenilia, Charlotte nunca adoptó una voz femenina, sino que se identificó con la fuerza de los hombres y su privilegio de expresión pública, anticipando la aparición del “Currer Bell” que publicaría Jane Eyre ).
Ambos, Charlotte y Branwell, dieron forma a sus escritos imitando a sir Walter Scout y Lord Byron, a Shakespeare, Milton, el doctor Jonson y a Wordsworth, desarrollando todo un corpus literario entre 1832 y 1835.
Generalmente se considera que la saga de Angria prefigura la obra madura de Charlotte, y se observa el parecido entre el autoritario personaje de Zamorna y el posterior Rochester.
Es maravilloso observar el sorprendente salto literario de Charlotte entre estas banales historias de amor de la década de 1830 y el vigoroso realismo de su primera obra de madurez, narrada en 1846 con voz fría y firme, muy alejada de los inflamados tonos de Angria. De hecho, a finales de 1839, Charlotte parecía dispuesta a poner fin a esta relación amorosa y literaria con su mundo juvenil, escribiendo una voluntad de separación formal de su subyugante mundo de fantasía: “Farewell to Angria”.
Pero lo que realmente la iría separando sin remedio de su mundo subterráneo ( “infernal”, llegó a llamarlo ) fue la experimentación continua de la pasión auténtica, del dolor auténtico, que aparecería con la figura de monsieur Heder ( mientras Branwell permanecía adicto a Angria ) ¿ Qué extraño poder tenía Angria sobre sus creadores? ¿Porqué le costó tanto a Charlotte desprenderse de su influencia mientras su hermano languidecía en la penumbra angriana? Charlotte acabó casándose con el señor Nicholls escogiendo la vida por encima del arte: su compromiso fue la continuación de su “Farewell to Angria”, una despedida a una existencia encerrada en la imaginación.