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lunes, 12 de agosto de 2013

Five Points, Whitechapel


Verano en la ciudad.
Bueno, en las ciudades.
Concretamente en sus barrios menos favorecidos, recién devastados por hechos violentos y patrullados por detectives huraños que han perdido una hija y buscan a su mujer (física o emocionalmente), secundados por un compañero claramente leal y otro un tanto turbio y los impagables conocimientos de un médico pionero en asuntos forenses. 
Todo sin moverse del sofá y con el aire acondicionado a tope gracias a la BBC.
Dos estupendas series policíacas, con magníficos decorados de época, oscuras y super pobladas, a lado y lado del Atlántico: Copper y Ripper Street.
Se parecen, pero no son iguales.


New York, 1864. Inmersa en plena Guerra Civil, la ciudad se recupera, a duras penas de las revueltas y las epidemias de los años anteriores.
El detective Kevin Corcoran  (Tom Weston-Jones) de la comisaría del distrito sexto se mueve como pez en el agua por las tripas de Five Points, acompañado de su amigo Francis Maguire  (Kevin Ryan) y ayudado por el adinerado  Robert Morehouse (Kyle Schmid)  y el doctor Mathew Freeman (Ato Essadoh), desentrañando misterios, buscando al asesino de su hijita y siguiendo la pista de su desaparecida esposa.
Política, guerra, corrupción, bandas,  racismo, prostitución...de todo y más en la Nueva York más hacinada.




A no perderse su  fabuloso blog



Londres, 1889. La ciudad entera aún se estremece con los ecos de los horribles asesinatos de Jack el Destripador. El otoño del terror da paso a un invierno y una primavera hipersensibilizadas y suspicaces. La población ve la sombra del Destripador en cualquier acto violento y la división H de la comisaría de Whitechapel soporta las sacudidas en el ojo del huracán.
En ella, el detective Edmund Reid (Mathew Macfayden, conocido de sobras por estos lares), ayudado por su leal sargento, Bennet Drake ( Jerome Flyn, el impagable Bronn de Juego de Tronos), y el más esquivo  capitán Homer Jackson (Adam Rothenberg) se enfrenta a todo tipo de crímenes entre corrupción y degradación mientras intenta superar la muerte de su hija y prueba a salvar su matrimonio.
Fácil no lo va a tener.