Me han cambiado a la cartera.
Como es tan maja, se ha debido ganar el traslado a un barrio con menos cuestas...espero que sea feliz dondequiera que esté.
Mi cartera llamaba al timbre y esperaba a que bajases para entregarte aquellos paquetes o sobres que no entraban en el buzón, para que no se estropearan o se , ejem, extraviasen.
El cartero de ahora, no. Así que espero que, pasado el verano, me devuelvan a mi cartera.
El nuevo cartero (deberíamos acuñar un nombre para los buenos carteros y otro para los malos, que no son de la misma naturaleza), ha dejado mi nuevo Persephone sobre los buzones, al alcance de cualquiera.
Suerte que no ha intentado embutirlo en el buzón a pesar de la estrecha rendija y que el paquete tenía demasiado aspecto de libro para interesar a ninguno de mis vecinos (¡uy, si alguien lo abre y ve que está en inglés! Seríamos la comidilla del barrio...). Menos mal que no era el Bianually, que podría confundirse con un catálogo del Carrefour.
Sea como fuere...¡Miss Buncle Married ya está aquí! Y qué ganas tengo de volver a ver a mi querida Barbara...
Lo siento por mis nuevos invitados, recién llegados de la fabulosa biblioteca del barrio ( que ya no huele a comida, porque han puesto una puerta en el bar ) para pasar el verano.
Son como esos amigos que se alojan en una deliciosa mansión en las novelas británicas. Un mes de tenis, paseos, piscina, romance, ligeros altercados y, con suerte, algún misterio resuelto.
Némirovsky, Modiano, Kaufman, Mitford y Matheson ( que en la foto no se ve) me harán los honores.
Estoy tan encantada que casi se me ha pasado el disgusto del cartero.