Si tenemos en cuenta la gran cantidad de librerías que hay en Dublín hemos de concluir, por fuerza, que los dublineses son unos lectores voraces. librerías grandes y pequeñas, para todos los gustos, libros nuevos y de segunda mano...el paraíso del lector anglófilo.
Así, además de hacerme con un ejemplar de The Old Curiosity Shop por dos euros, no pude resistirme a estos monumentos paralelos al mundo holmesiano: un libro sobre la época y un pastiche con Watson como protagonista. Ambos en unas ediciones maravillosas.
Aquí están.