...porque Drácula llega en el Demeter dispuesto a celebrar Halloween por todo lo alto.
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sábado, 31 de octubre de 2009
domingo, 25 de octubre de 2009
Los caminos de Dickens son inescrutables.
Como Mariko, llevo unos días Dickensianos.
Hace tiempo ya os hablé de como encontré un ejemplar en castellano de La pequeña Dorrit . Hoy tengo que contaros como, por 5 € me he hecho con Cuentos de Boz y Almacén de Antigüedades.
El primero fue un hallazgo de la última Feria del Libro Antigüo y de Coleccionista, de la que suelo desconfiar bastante... me trago mis palabras: un Cuentos de Boz ( un tanto enmohecido, eso si, pero bastante bien conservado ), editado por Espasa Calpe en la imprescindible Colección Austral , allá por 1963, con traducción y prólogo de Rosendo Llatas.
El segundo, un encuentro sorpresa en Els Encants de Gràcia ( c/ Asturies ). Una edición de aquellas de colecciones de clásicos que, con su falso cuero y sus dorados, tan bien quedan en las estanterías, pero en castellano al fin y al cabo. Editado por Club Internacional del Libro en un año indeterminado, con traducción anónima ( y vieja, dado que los protagonistas tienen nombres en castellano...con esos nombres onomatopéyicos tan particulares de los que solía echar mano Dickens, no se atrevieron...).
Así que ahora ya sabeis qué he estado haciendo estos días de lluvia...
miércoles, 14 de octubre de 2009
Spike Jonze nos lleva a donde viven los monstruos...
Mirad debajo de la cama.
Comprobad el interior del armario.
Donde viven los monstruos ( Where the Wild Things Are ) Es un libro de Maurice Sendak, publicado en 1963 y editado en España por Alfaguara.
Cuenta la historia de Max, un niño muy inteligente, incomprendido y rebelde, que se escapa de casa tras una fuerte discusión con su madre, internándose en un bosque misterioso creado por su propia imaginación. Su objetivo: llegar a la tierra de las Cosas Salvajes, un lugar donde podrá hacer travesuras para siempre.
miércoles, 7 de octubre de 2009
Emily Dickinson: aislada pero no tanto.
La lectura de Emily Dickinson requiere paciencia y pasión. Sus poemas son pequeños jeroglíficos que hablan directamente al alma del lector. Cada uno de sus guiones, de sus misteriosas pausas, abren panorámicas inmensas repletas de significados, revelaciones y enseñanzas. En Emily Dickinson nos reflejamos. En Emily Dickinson nos abandonamos.
Pero, además de en su poesía, el misterio de Dickinson brota de su propia vida. Una vida que paulatinamente se fue concentrando en si misma, en el estudio de la palabra, en la preocupación absorta por su poder. Misterio y vida se entrelazan en la vida de la poetisa de Amherst de la misma manera que en su poesía y sus cartas: las unas restan incompletas sin las otras. Y es que la obra de Dickinson se muestra tanto en forma de poema como en su - numerosa- correspondencia.
Así, las cartas seleccionadas y traducidas por d'Amonville nos permiten adentrarnos un poco más en la brillante cosmología de la autora, envolvernos con su particular fragancia. Al margen de un orden biográfico, esta selección responde a consideraciones literarias y emotivas de la editora. De este modo, encontraremos cartas que raramente se han traducido debido su dificultad o la poca importancia dada a sus destinatarios, ordenadas en cuatro grandes períodos, dispuestos cronologicamente.
I. 1842 a 1857: años de juventud y formación en los que abundan las cartas a su hermano Austiny a Susan ( la que sería su esposa ) y a algunos pastores y eruditos, así como acompañeros de clase y amistades trabadas a lo largo de sus, por entonces, frecuentes viajes. Su característico estilo puede apreciarse ya desde la primera de estas misivas, fechada en septiembre de 1846, cuando Emily aún no había cumplido los doce años.
II. 1858 a 1865: durante este periodo, Emily toma conciencia de sí misma como poeta y comienza su correspondencia con el editor Samuel Bowles, amigo íntimo de Austin y Susan,. mientras continúan sus misivas familiares que ahora incluyen a sus primas Norcross.Aparecen también las tres cartas dirigidas al Maestro, el posible causante de un devastador desengaño amoroso, cuyos borradores aparecieron tras la muerte de la poeta entre sus papeles personales y se desconoce si llegaron a ser enviadas a su desconocido destinatario. Sobre la identidad de este se han barajado diversas posibilidades: que pudo haberse tratado del reverendo Charles Wadsworth ( al que conocería a raíz de un viaje a Filadelfia llevado a cabo en 1855 ) o de Samuel Bowles tanto como de un desconocido e, incluso, de una figura ficticia. El misterio continúa formando parte intrínseca de la leyenda de Dickinson.
III. 1866 a 1879: ya prácticamente recluída, disminuye el volúmen de su correspondencia, que al mismo tiempo pasará a ser más sucinta y concisa. En ellas se hace evidente su evolución como escritora, su búsqueda incesante de la palabra exacta, mientras su mundo cambia alrededor y la ocupa con la organización doméstica: en 1874 muere su padre y un año más tarde su madre queda inválida, su hermana estubo enferma entre 1877 y 1878 y en ese mismo año muere su amigo Samuel Bowles.
IV. 1880 a 1886: a lo largo de estos seis últimos años sus cartas adquieren un tono elegíaco que pudo deberse a la tensión con su hermano a causa de una aventura extraconyugal de éste y a la sucesión de muertes en su entorno. En 1882, la muerte de Wadsworth , un año más tarde la de su querido sobrino Gilbert. En 1885, coincidiendo con una enfermedad que la llevaría a la tumba, Dickinson recibe la noticia de la muerte de la que debía haber sido su albacea, Helen Hunt.
Evidentemente, esta no resultará una lectura ligera ni sencilla. Incluso no es aconsejable para leerla del tirón. Pero si que es un documento indispensable para acercarnos a la figura y a la obra de Emily Dickinson, una selección y edición tan cuidada que casi puede olerse el jardín de Homestead.
Emily Dickinson, Cartas
Lumen
Edición y traducción de Nicole d'Amonville Alegría
domingo, 4 de octubre de 2009
District 9
Sabed que ahora tenéis la oportunidad de ver en las salas de cine una película que dentro de unos años todo el mundo pretenderá haber visto de estreno: District 9.
Ahora que el festival de Sitges homenajea el nacimiento de un clásico, de Alien el octavo pasajero, no dejéis pasar la ocasión de acudir al nacimiento de lo que sin duda será otro dentro de un par de décadas.
No os excuséis con que es "una peli de marcianos" porque, en realidad, tiene más que ver con Grita libertad que con cualquier trabajo sobre alienigenas. Alien es todo aquello que nos resulta ajeno... y ajeno es todo menos, a duras penas, uno mismo.
Si, salen extraterrestres, pero también muchos, muchísimos, terrestres. Y ahí está el quid de la cuestión, todo aquello de lo que es capaz el ser humano, aquello que lo "capacita" como tal.
Tampoco me vale que no os guste el terror o el fantástico...aquí no hay sustos ( siempre es de día en una Suráfrica polvorienta, achicharrada por el sol, sucia y pobre ) y el desagrado proviene casi exclusivamente del lado humano.
Así que no remoloneéis.
jueves, 1 de octubre de 2009
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