Cargada ya con algunos de los libros de Bill Bryson que estaban a 3 x 2, nos dirigimos hacia el hotel ( situado a la altura del metro de Oxford Street. Pobres, si, pero finos ) dando un paseo por Kensington Gardens, donde -aunque nunca se nos ha ocurrido ir a ver el memorial a Diana de Gales - siempre acabamos ante la escultura de Peter Pan.
Detalle de la estatua. No es gran cosa y este año estaba rodeada de españoles haciéndose fotos ( no fuimos los únicos que aprovechamos el precio de la libra...) pero me encanta. Y adoro Kensington Gardens. Soy una burguesa ( por no decir una aristócrata ), lo confieso...
Esa noche acabamos cenando en un Pub y teniendo nuestras dos primeras experiencias "Si los dos somos de murcia ¿qué hacemos hablando en inglés?". No falla, a la que entiendo a un camarero o a un vendedor es que es español. Gibraltar será inglés pero Londres es una comunidad autónoma que nos hemos ido anexionando discretamente.Tras nuestras reflexiones filológico-geográficas ( regadas con sidra Magners, un pequeño rincón de Irlanda en tu paladar ), a dormir tempranito que al día siguiente, domingo, tocaba Camdem. Este año (hacía 4 que no visitábamos la Gran Bretaña ) hemos visto -¡por fin!- algunos cambios en el mercadillo: el incendio que casi se lo carga lo ha renovado, librándolo de tanto negro y tanto látex para emos sin arrestos para dedicarse al bondage como Dios manda ( eso es, con palo de cricket, a lo public school ) y abriendo un hueco a tiendas para fans del look Bright Young People o del Burleske ( yo como loca de acá para allá ) e incluso a las tiendas chinas ( tremendo: si Fú Manchú levantase la cabeza se daría cuaenta de que al fin lo consiguió. El mundo sucumbe al poder amarillo). Dando un ejemplo de contención, sólo me comí un bollo insultantemente atractivo de un puesto insultantemente tentador ( 1 pound, ya vereis qué ganga en el próximo apartado culinario ) y me compré una chaqueta de piel y un bolso vintage a 10 pounds cada pieza ( ver futuro apartado compras ). Mucho turista, si, pero un día hermosísimo, soleado y fresco a la vez.
Chiringuito de Camdem. Cualquier visita de nada requiere unas cinco horas e integrarse en la masa. Y, por supuesto, comer en un chiringuito del que salga un asiático vociferante ofreciendo sus viandas.
Tras la digestión ( lenta) del bufet libre chino al que nos llevaron unos amigos, nos lanzamos a contrarrestar tanta inconsciencia juvenil con el culto pictórico a los Prerafaelitas al que vengo arrastrando a mi Santo desde que nos conocemos. Suerte que este pinta sirenas a "cascoporro" y A. es fácil de contentar... Al fin, la deseada visita a la Royal Academy para ver la exposición de J. W. Waterhouse. Pequeñita pero selecta, un placer de cualquier manera.
La Belle Dame sans Merci. 1893
Óleo sobre lienzo. 112 x 81 cms.
Windflowers. 1903
Óleo sobre tela. 45 x 31 in.
Cocina inglesa, la gran paradoja.
* La Belle Dame Sans Merci
by John Keats (1884 )
O what can ail thee, knight-at-arms,
Alone and palely loitering?
The sedge has withered from the lake,
And no birds sing.
O what can ail thee, knight-at-arms!
So haggard and so woebegone?
The squirrel's granary is full,
And the harvest's done.
I see a lily on thy brow
With anguish moist and fever dew,And on thy cheek a fading rose
Fast withereth too.
"I met a lady in the meads,
Full beautiful -a faery's child,
Her hair was long, her foot was light,
And her eyes were wild.
I made a garland for her head,
And bracelets too, and fragrant zone;
She looked at me as she did love,
And made sweet moan.
I set her on my pacing steed,
And nothing else saw all day long,
For sidelong would she bend, and sing
A faery's song.
She found me roots of relish sweet,
And honey wild, and manna dew,
And sure in language strange she said
`I love thee true.'
She took me to her elfin grot,
And there she wept, and sighed full sore,
And there I shut her wild wild eyes
With kisses four.
And there she lulled me asleep,
And there I dreamed -Ah! woe betide!
The latest dream I ever dreamed
On the cold hill's side.
I saw pale kings and princes too,
Pale warriors, death-pale were they all;
They cried -`La Belle Dame sans Merci
Hath thee in thrall!'
I saw their starved lips in the gloam,
With horrid warning gaped wide,
And I awoke and found me here,
On the cold hill's side.
And this is why I sojourn here,
Alone and palely loitering,
Though the sedge has withered from the lake,
And no birds sing."