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sábado, 23 de enero de 2010

¡Como está el servicio!

Anoche no podía dormir.
Me planté frente a la tele y 8TV me ofreció uno de esos escasos y hermosos momentos de epifanía cinematográfica y catódica que, aunque cuando sólo había dos canales ocurrían más a menudo, últimamente son muy caros de ver.
La Mansión de los Fury ( Blanche Fury ) es un dramón de 1948, dirigido por Marc Allégret y protagonizado por Valerie Hobson y un Stewart Granger menos repeinado que de costumbre.
Basada en una novela de Marjorie Bowen escrita en 1939 bajo su seudónimo para las historias góticas, Joseph Shearing.
Yo no sabía de la existencia de la película o la novela, pero a la que vi una mansión misteriosa, un campamento gitano, una dama trajeada à la XIX y un mozo de cuadras que resultaba ser el heredero ilegítimo y obsesionado de una mansión con leyenda propia, supe que aquello me iba a gustar. Y me gustó. Previsible y kitsch, si, pero fascinante y poderosa en su modestia.







Así que, gracias a La Mansión de los Fury ( por sorpresa ) me fui a dormir encantada de la vida y reflexionando sobre lo mal que está el servicio, sobre todo el sector de los mozos de cuadra.
En caso de necesitar uno tendrá que ser feo, rematadamente feo, y - sobre todo - hijo reconocido de una familia normal, que la disfuncionalidad en el origen y la adopción se acaban pagando caras.
Mirad si no a Heatcliff, que te malogra la niña, te roba la granja y te arruina la existencia.






Menos bellaco pero igual de tremendo con las hijas de la casa, resulta Sam Flusky ( sobre todo con los rasgos de Joseph Cotten. Si, soy una antigua, ya lo sabeis), ex mozo de cuadra y ex convicto que a duras penas hace una pequeña fortuna en la colonia prisión australiana en la infravalorada Atormentada ( Under Capricorn, basada en una novela de Helen Simpson que podeis leer aquí )de Alfred Hitchcock.
Claro que aquí, finalmente, es el ama de llaves la que se lleva la palma.







Pero, y hablando de amas de llaves ¿quién se atreve a contratar a una después de ver Rebecca ? Porque si te toca ser Rebecca, pase, pero si te toca ser la segunda señora de Winter...
Fatal. El servicio está fatal.





5 comentarios:

Cristina dijo...

Y no te olvides de que el asesino siempre es el mayordomo ;)

Samedimanche dijo...

Ja,ja. cierto!!

Toronto dijo...

Señoriiiiiiito! Solo falta Gracita Morales, que tenia también un pie en el siglo XIX o en la Prehistoria directamente... Y hablando de mayordomos asesinos... me gusta mucho Sandrine Bonnaire de rabiosa y envidiosa en La ceremonia de Claude Chabrol, una historia negra contemporanea pero con elementos muy XIX, encuentro.

lepetitpot dijo...

ohhh miss Danvers!!!

jueves tengo examen del libr ode Rebecca en clase de inglés!
estoy de Manderley hasta........mmmm....

littleEmily dijo...

Y no te olvides de Gosford Park, donde las amas de llaves también dan mucho mal rollo!