Tengo que confesar que por más que me guste el terror y el Hevy Metal soy una ñoña de cuidado y de vez en cuando necesito una dosis de ternura.
Ahora mismo alterno el visionado de la magnífica serie Lark Rise to Candleford, a punto de terminárseme (ya pasó por lo mismo Magrat Ajostiernos ) con lecturas tan amables como El rancho de la U alada... Hoja de lata ha vuelto ha hacer diana en mi corazoncito.
Muchos ya conocéis mi predilección por las historias del oeste y por las protagonistas femeninas y este caso las combina ambas. Aunque algo alejada de la maestría de Willa Cather o Elinor Pruitt Stewart y más cercana al espíritu amable de 7 novias para 7 hermanos, la U alada ofrece un refugio sentimental frente a las inclemencias de la vida diaria.
En este rancho, los vaqueros son un verdadero encanto. Hombres hechos y derechos, trabajadores rudos...que se comportan como internas de Torres de Malory sin que de grima, leen los clásicos y se desvelan como sensibles artistas autodidactas altamente capacitados, paradigmas de "el buen cow boy". A la cabeza de semejante ganadería encontramos a James G. Whitman, conocido como el Viejo, un jefe cascarrabias pero buena persona que tiene una hermana con un flamante título de doctora que viene a quedarse en el rancho. ¿Cómo asimilará la cuadrilla de vaqueros la presencia de una solterona?
La llegada de la Doctorcita -como pronto la llaman- aporta domesticidad a un ambiente bastante domesticado, ocasiones de chanza, espectadora entregada para las gamberradas y protagonista de líos involuntarios con las Rocosas como telón de fondo.
Aunque Bertha Muzzy Bowen empezó a escribir en 1900, el éxito no le llegó hasta la aparición de Chip of the Flying U (la novela que nos ocupa) en 1906, a la que seguirían otra docena de trabajos ambientados en el rancho. El éxito de esta novela fue tal que ya en 1914 el mismísimo Tom Mix se calzó las botas de Chip ( protagonista indiscutible de esta primera novela) en la primera aparición cinematográfica de la U alada, que aún conocería 2 versiones más en 1926 y 1939.
Lo cierto es que lo tiene todo para triunfar: amor, aventura y amplios horizontes, mano firme en su ligereza y personalidad propia.
Un magnífico regalo para empezar a celebrar la Navidad.
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