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sábado, 20 de octubre de 2007

Otoño

Venga como venga el clima, para mí el 1 de septiembre ya es otoño. Y durante todo el mes de Octubre, por soleado y caluroso que resulte, a mi alrededor los bosques de Maine se tiñen de rojo, las calabazas brotan para convertirse en linternas de Halloween y las castañas asadas vienen a calentarnos las manos.
Se acerca Samhain: los celtas encienden grandes fogatas y se disfrazan con pieles de animales para no ser descubiertos por los espíritus que la noche del 31 de Octubre vuelven a la vida, aprovechando que con el inicio del invierno desaparece la división entre los mundos de los vivos y de los muertos y ambos entran en contacto.



Jack el irlandés engaña de nuevo al diablo para no ir al infierno tras su muerte, aunque tampoco pueda acceder al cielo a causa de sus pecados, y sigue vagando por el mundo con un carbón encendido dentro de un nabo ahuecado para iluminar su camino hasta el día del Juicio Final….
Historias y más historias de muerte y vuelta de la muerte, así que – aún sometida al caluroso cambio climático - ¿Qué puedo hacer estos días sino liberar mi lado más gótico? Recupero “¡Suspense!”, la mejor adaptación que jamás se ha hecho de Otra vuelta de tuerca de Henry James y la recopilación de relatos de Arkham House publicada por Valdemar. Me sumerjo en el extraño mundo criminal de Andrew Taylor y recorro las fantasmagóricas calles de Roth. Me deleito con la versión cinematográfica que Tim Burton realizó de Sleepy Hollow tanto como con la visión de las hermanas Brontë que André Techiné nos regaló.




Que haga el tiempo que quiera. El otoño, de cualquier modo, se apodera de mi alma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El otoño es la estación del año más melancólica para mí, es la antesala del espíritu navideño de antaño, que no el comercial de ahora. Pese a ser la temporada en la cuál más tierno me encuentro y con ello más débil, lo necesito porque explicadme que sería de nosotros sin ese gesto de complicidad, sin esa caricia que expresa miles de sentimientos, sin ese abrazo que te envuelve dándote todo el calor del mundo, sin ese beso apasionado o simplemente de amistad que nos sugiere un te quiero. Pero también, como la anfitriona del blog comenta, hay una parte de mí en esta época del año que necesita de esos sobresaltos provocados por lo desconocido, por lo fantástico, por lo fantasmagórico, por ese ambiente de penumbra que le dá el otoño. Por eso, aunque mi comentario tenga una parte de sentimientos que están a flor de piel, cuidado con vuestras cabezas en la noche de Halloween....jajajajajajaja