Agatha Mary Clarissa Miller, nació el 15 de septiembre de 1891 en Torquay, una población ubicada en el condado británico de Devon. De familia acomodada, la niña que era de carácter retraído y tímido, era hija de Fred Miller y Clara Boehmer, lo cuales vivían de las rentas, hasta que el patriarca falleció dejando a la familia en la bancarrota y con numerosas deudas de juego.
En 1916 se casó con el piloto de aviación Archivald Christie, del que adoptaría el nombre con el que se la conoció mundialmente y con el que tuvo a su única hija, Rosalind.
Durante la Primera Guerra Mundial trabajó en un hospital, donde se le ocurrió la idea de escribir un relato sobre un envenenamiento que acabó llamándose “El misterioso caso de Styles” (1920) y que llevó a diversas editoriales, logrando publicarlo dos años después. Pese a las trabas que encontró para editarlo, fue un rotundo éxito de ventas, hasta el punto que el periódico The Weekly Times, decidió adquirir los derechos para publicarlo en entregas.
En un principio, y pese a este logro literario, la joven Agatha no tenía ninguna intención de continuar con su faceta de escritora, pero las penurias por las que pasaba su familia le llevaron a continuar escribiendo y crear de este modo personajes tan universales como el de Hércules Poirot y Miss Marple.
Lo cierto es que la vida de Agatha Christie también tiene episodios envueltos de misterio. De hecho tras la muerte de su madre y el abandono de su marido por su secretaria, sufrió un episodio de amnesia, ya que apareció su coche abandonado en la carretera y no se supo nada de ella hasta once días más tarde. Momento en el que apareció registrada en un hotel con los apellidos de la amante de su marido. Al parecer, al no acordarse de su identidad, había publicado una carta en el periódico para ver si alguien la identificaba, pero al firmar con otro apellido, nadie la reconoció. Al final la encontró su familia y la internó en un psiquiátrico durante un par de meses.
Posteriormente, decidió viajar sola en el Orient Express a Bagdad, lo que le servirá como inspiración para la obra, “Asesinato en el Orient Express”. Además durante este viaje conocería a su segundo marido, Max Mallowan, un arqueólogo 15 años menor que ella, lo que le llevaría a partir de ese momento a vivir tanto en Gran Bretaña como en numerosos países de Oriente.
Las experiencias vividas durante estos viajes le sirvieron para crear obras como “Asesinato en Mesopotámica” (1930), “Muerte en el Nilo” (1937) y “Cita con la muerte” (1938).
Sin embargo, esta escritora no solo escribió obras de misterio, también realizó novelas románticas y libros de poemas que firmó bajo el pseudónimo de Mary Westmacott. Entre sus obras de teatro destacan “La Ratonera” que realizó para la Reina Mary y que estuvo representándose en Londres durante 50 años, y “Testigo de cargo”, que fue llevada al cine.
La escritora, finalmente en 1971 fue condecorada con la Orden del Imperio Británico y falleció en 1975, tras haber dejado como testigo de su vida, una autobiografía que le llevó quince años escribirla.
Algunos de sus cuentos podeis leerlos aquí mismo.
1 comentario:
Que este verano te veo al final correteando por la campiña inglesa y comiendo emparedados de pepinillo en lugar de en Nashville...
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