Catalanes y británicos se muestran "modositos" ( que diría Crispín Klander ) a la hora de editar la última novela de Nick Cave. "L'Origin du Monde" de Courvet, se transforma en el Viginia's Secret du Monde. Tiempos Modernos.
Bunny Munro es un tipo repugnante.
Fumador extremo, borracho egocéntrico y disminuido emocional, su vida entera gira en torno a sus propios órganos genitales, tan terrenos, y a los órganos imaginados de sus húmedas musas.
Los sueños de Bunny Munro son viscosos y más allá de su centro de lubricidad permanente no hay nada. El mundo alrededor se reduce a hoteluchos, botellas y vaginas. Su mujer se reduce a un fantasma. Su hijo se reduce a una sombra.
Con él formará una quijotesca broma pesada sobre la paternidad, protagonizando un recorrido descendente y disolvente por su ya deshilachada vida, en un espiral de decadencia sobreadjetivada, con un destino evidente desde la primera aproximación al título.
Mal hijo, mal padre, mal esposo, mal compañero, mal vividor, Munro no tiene más remedio que recorrer sus propios círculos infernales y acabar con tanta miseria como genera más allá incluso de la contención física del papel, antes de que también el lector se vea contaminado por el miasma desgraciado de su protagonista.
Pero ¿hace un personaje desagradable un mal personaje? La sucesión continua de hechos enfermizos ¿presentan una mala novela?. Pregúntenle a Dostoievsky, a Zola, a Bukowski, a Palahniuk.
Esta no es una historia amable, no es un trabajo reconfortante. Podemos decir, incluso, que es una lectura masoquista. Pero desde luego, es una lectura interesante no sólo para los seguidores musicales de Cave y otros habitantes de su nublado universo.
Mientras en su primera novela ( Y el asno vio al ángel, Pre-textos ) Cave se disfrazaba de gótico sureño para hablarnos de un disfuncional iluminado que, como el asno de Balaam, percibía aquello que otros seres supuestamente más agraciados no podían siquiera presentir, en esta ocasión adopta la apariencia desnuda de la crónica de motel para ir desvistiendo asno tras asno, iluminando a Bunny Munro, a su hijo, al lector... todos, en este viaje, veremos cosas que los otros no pueden ver.
Miremos, de entrada, más allá del hecho de que Cave sea músico. Escritores muchísimo peores se leen en masa y no tienen siquiera una excusa musical de semejante calibre.
Fumador extremo, borracho egocéntrico y disminuido emocional, su vida entera gira en torno a sus propios órganos genitales, tan terrenos, y a los órganos imaginados de sus húmedas musas.
Los sueños de Bunny Munro son viscosos y más allá de su centro de lubricidad permanente no hay nada. El mundo alrededor se reduce a hoteluchos, botellas y vaginas. Su mujer se reduce a un fantasma. Su hijo se reduce a una sombra.
Con él formará una quijotesca broma pesada sobre la paternidad, protagonizando un recorrido descendente y disolvente por su ya deshilachada vida, en un espiral de decadencia sobreadjetivada, con un destino evidente desde la primera aproximación al título.
Mal hijo, mal padre, mal esposo, mal compañero, mal vividor, Munro no tiene más remedio que recorrer sus propios círculos infernales y acabar con tanta miseria como genera más allá incluso de la contención física del papel, antes de que también el lector se vea contaminado por el miasma desgraciado de su protagonista.
Pero ¿hace un personaje desagradable un mal personaje? La sucesión continua de hechos enfermizos ¿presentan una mala novela?. Pregúntenle a Dostoievsky, a Zola, a Bukowski, a Palahniuk.
Esta no es una historia amable, no es un trabajo reconfortante. Podemos decir, incluso, que es una lectura masoquista. Pero desde luego, es una lectura interesante no sólo para los seguidores musicales de Cave y otros habitantes de su nublado universo.
Mientras en su primera novela ( Y el asno vio al ángel, Pre-textos ) Cave se disfrazaba de gótico sureño para hablarnos de un disfuncional iluminado que, como el asno de Balaam, percibía aquello que otros seres supuestamente más agraciados no podían siquiera presentir, en esta ocasión adopta la apariencia desnuda de la crónica de motel para ir desvistiendo asno tras asno, iluminando a Bunny Munro, a su hijo, al lector... todos, en este viaje, veremos cosas que los otros no pueden ver.
Miremos, de entrada, más allá del hecho de que Cave sea músico. Escritores muchísimo peores se leen en masa y no tienen siquiera una excusa musical de semejante calibre.
LA MUERTE DE BUNNY MUNRO.
Nick Cave.
Papel de liar.
Primera edición, septiembre de 2009.
Novela.
238 páginas
978-84-936679-6-2
Nick Cave.
Papel de liar.
Primera edición, septiembre de 2009.
Novela.
238 páginas
978-84-936679-6-2
Para saber qué paso en el concierto de Cave en el Casino de l'Aliança del Poble Nou el pasado 24 de Octubre, consultad: Adaptando a Nick Cave & yhe Bad Seeds.
3 comentarios:
Sólo conozco su faceta musical.
En cuanto a las tapas, me da risa que en un mundo tan "liberado" sigamos siendo unos mojigatos.
Saludos.
Pues nada, ya buscaremos un momento de ánimo alto para leer al Cave... Por cierto, el acompañamiento musical de su blog con los Legendary Shake Shakers es es-pec-ta-cu-lar!No los conocía, los vieron por Nashville? Quiero más.
Toronto, los vimos en Razzmatazz. Una de esas bandas con directo no apto para lacios.
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