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jueves, 2 de agosto de 2012

Vacaciones de salón (III): destino USA.



Ni loca me propondría un repaso exhaustivo de libros que nos permiten viajar por los Estados Unidos. Seguro que cada lector tiene su propio apartado: Mark Twain, Paul Auster, Nathaniel Hawthorne, Tom Spanbauer, Scott Fitgerald, Steinbeck...Uff, la lista es prácticamente infinita.
Así que me voy a limitar a comentaros algunos de mis preferidos.





Oscar ya nos lo recomendaba en su blog hace un tiempo, pero es que  Historias de un gran país de Bill Bryson es uno de los libros más divertidos que he leído nunca sobre los Estados Unidos. Gordos y colas, enormidad  e ignorancia, costumbres y usos, museos de lo más peregrinos y gente amable.
Bryson retrata la homogeneización tan bien como lo anecdótico y pese a ser americano de nacimiento, la contraposición del humor inglés adquirido con la falta de ironía americana proporciona al lector momentos de auténtico regocijo.
Muy, muy recomendable.






Una vez en los Estados Unidos ¿cómo no visitar New Orleans?
Vale que es un poco como Lloret pero para uso interno, lleno de americanos borrachos y bebidas descomunales. 
Aunque lleva unos años siendo la capital vampírica del chupa sangre llorón gracias a Anne Rice o Sherrilyn Kenyon, quien realmente convirtió la ciudad en destino imprescindible fue John kennedy Toole y su  La conjura de los necios.
Personalmente, odio profundamente al personaje de Ignatius J. Reilly, lo encuentro un tipo repugnante, pero esto no quita para que repase la obra de vez en cuando, compaginando mi disgusto con unas risas de lo más sano.







Pero si, como yo, no sois muy amantes de los climas cálidos, siempre podéis dirigios a Maine.
Ya sé que es una zona muy peligrosa , pero su conjunción de paisaje y literatura es altamente recomendable. 
Tanto Atando cabos de Annie Proulx como cualquiera de los libros de John Irving ambientados en la zona son un regalo para el lector de corazón tierno. 








Pero en un repaso como este, la ciudad que no podía faltar es, por supuesto, New York.
Dorothy Parker o Elizabeth Smart ( canadiense, curiosamente), no son lo más alegre del mundo pero recorrer la ciudad sin mecerse en sus palabras hará que nos perdamos gran parte de su esencia.
En Gran Central Station me senté y lloré  o Diario de una dama neoyorkina , con su aire de tristeza ayudan a configurar el verdadero skyline de la ciudad escrita.









Y para acabar, una parada cinematográfica y un paseo con la Maid of the Mist. Cuidadito si a tu marido no le gustan tus discos o si las campanas tocan "nuestra canción" que en Niágara ronda el peligro.
No sé si es buena idea pasar en las cataratas una luna de miel...lo que si es buena idea es revisar la película.








6 comentarios:

Elena Rius dijo...

¡Muy de acuerdo con todas estas propuestas de desplazamientos literarios! Yo las complementaría con una mirada al pasado, a ese USA que fue y ya no es. Por ejemplo, con los Pioneros de Willa Cather, o la Vieja Nueva York de Edith Wharton...

Toronto dijo...

Así que en New Orleans (o Little Parrot...) son "Wild at Heart" y en New England..."Tender at Heart"? De este mes no pasa "La última noche en Twisted River". John Irving, al salón (de verano)!

littleEmily dijo...

¿No era Miami o Florida entera el Lloret americano?
Yo también voy a tener unas vacaciones "d´alló més" americanas: primero llego a Nueva York con Dos Passos, luego me vuelvo al Mississippi con Eudora Welty y hacia donde viviera Emily Dickinson...después ya veremos, a John Irving lo tengo en la recámara para el otoño. Puede que continue con Edith Wharton, Mark Twain... Pero acepto recomendaciones... siempre que no sean muy caras. Y a Niágara nunca me iría de vacaciones, ni a Bodega Bay... qué horror.

Samedimanche dijo...

Os veo a todos muy dispuestos. ;D
Elena, tus recomendaciones, como siempre, impecables. Entre todos quizá pudiésemos realizar una lista bastante rigurosa a tener en cuenta...no se nos escaparía ningún rincón!
Toronto, no se lo piense más. Le entrarán ganas de hacerse maderero con tanto bosque como tiene alrededor.
Little Emily, Florida es más Benidorm com mucha humedad y poca ropa.

Oscar dijo...

Aqui me tocas realmente la fibre sensible. Los EEUU me encantan en general, y varias de sus regiones y ciudades en particular. Podría no acabar de recomendar nunca libros de autores americanos relacionados con su ciudad o región del país de origen. Y es que a diferencia de países más pequeños (estoy leyendo ahora autores irlandeses) en los que la obra se refiere (aunque sea mucho generalizar) al país de origen, los Estados Unidos son tan, pero tan diversos que es sorprendente lo diferente que es la literatura de Nueva Inglaterra de la de Mississippi o la de California o la del Estado de Washington. Tanto como los propios países. Por eso no me canso de repetir a mis amigos que eso que buscan los americanos de "La gran novela americana" es una quimera inalcanzable.Por cierto, gracias por la mención.
No me canso de recomendar a Bryson en general y este libro muy en particular.
Lo que me reí con él (y lo que aprendí de America y de sus contrastes con Europa en general y el Reino Unido en particular) no se me olvida.
John Irving otra maravilla.
¿Añadimos a Faulkner y a Saul Bellow como mínimo?.

Mi próximo objetivo estadounidense cultural/literario sería Nueva Inglaterra. Gran concentración de escritores por metro cuadrado..

Saludos.

Cristina dijo...

Yo reconozco que en EE.UU. estoy muy "enclaustrada" en NY con Dorothy Parker, Paul Auster y demás.

El de Bill Bryson yo lo recomendé tras nuestro primer viaje a NY allá por 2008 bajo su título británico: Notes from a Big Country. Imprescindible, sí.