Cuando te rompes una pierna, sólo ves escayolados.
Cuando alguien espera un hijo, sólo ve embarazadas.
Cuando lees Ellas solas de Virginia Nicholson, alcanzas un nivel de conciencia sobre la condición femenina y lo que nos ha costado llegar hasta aquí que te hace detectar información en las lecturas más veraniegas y peregrinas.
Esto nos contaba Agatha Christie sobre las soltera trabajadoras ya bien entrada la década de los 40.
"Había ascendido hasta el último piso de un edificio desnudo y llamado a la puerta número 584 de los Gillespie Buildings, cuya existencia obedecía a un deseo de proporcionar lo que llamaban "pisitos"a mujeres trabajadoras.
Allí, en un espacio pequeño, cúbico, vivía la señorita Cecilia Williams, en una habitación que era alcoba, gabinete, comedor y cocina mediante el juicioso uso de un fogoncito de gas. Una especie de cuchitril anexo contenía una bañera mínima y los servicios de rigor.
A pesar de lo reducido del lugar, la señorita Williams había logrado imprimirle el sello de su personalidad.
Las paredes estaban pintadas al temple, de un color gris pálido ascético, y de ellas colgaban varias reproducciones. (...)
El trozo cuadrado de la alfombra estaba raído, los muebles maltratados y de mala calidad."
"¡Que Midge,la libre, la alegre, la franca Midge, tuviera que adoptar semejante ectitud! ¡Tener que someterse, como era evidente que se sometía, a las insolencias, a las groserías que le estaban diciendo! ¡era intolerable! Luego, al expresarle él sus preocupaciones, le había largado a boca de jarro la desgradable verdad: que una tenía que conservar el empleo, que no era fácil encontrar colocación y que conservar un puesto representaba algo más que cumplir con una determinada obligación.
Hasta entonces, Edward había aceptado vagamente el hecho de que muchas jóvenes tenían " empleo" hoy en día. Si algún pensamiento había dedicado al asunto, había sido para suponer que, en general, tenían empleos porque les gustaban los emplos, que halagaban su sentido de independencia y les proporcionaban algo suyo rn qué interesarse en la vida"
A. Christie. Sangre en la piscina. Cap. 24 ( 1946)
2 comentarios:
Toda la razón, a mí también me pasó y me sigue pasando de hecho. Y con el libro de los bohemios de VIrginia Nicholson me pasó lo mismo, así que ahora veo solteronas y bohemios por todas partes ;)
Desde luego, esas tres señoritas del cuerpp de bibliotecarias y archiveras de la primera foto... sin duda eran asesinas. Y el tiempo en algunas cosas no ha cambiado tanto!
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