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sábado, 30 de junio de 2007

Ediciones salvavidas




Los libros son mi tabla de salvación. Ya esté el mar como un plato, ya nos arrastre el torbellino hacia el fondo, no concibo la travesía sin la compañía de los libros.
Poco a poco supero el fetichismo de la posesión, pero sigo siendo adicta a la textura del papel, a su color, a su olor, a la composición de las páginas, al formato de la fuente, a todo aquello que me cuentan por dentro y por fuera...¿¡Cómo no soy bibliotecaria, por Dios!? Supongo que no podría tener tantos libros en mis manos, verlos pasar brevemente y no poder dedicarles el tiempo y la atención que desearía... Y a mi me encanta dedicarles tiempo, alargar la lectura de cada palabra por más ganas que tenga de conocer los entresijos de la historia y la conclusión de los hechos ( necesito conclusiones: me gustan tan poco los finales abiertos...).
A veces pienso que mi gusto por el cine es una opción rápida de la narración literaria: yo lo que quiero es que me cuenten historias, hacerlas mías, perseguir el conejo hasta su extraña madriguera, meterme dentro...Y hay algunas que lo consiguen con tan solo un párrafo, una línea, una idea. Ahí van algunos de mis principios preferidos. Y añado algún final a ver si os animáis a compartir conmigo mis tesoros...
Buena lectura, marineros!!




Jane Austen, Orgullo y prejuicio, Ed. Cátedra ( col. Letras Universales ), Madrid, 1987. Traducción de Maria Antonia Ibáñez.

“ Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltere, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa”.
( Es buenísimo!! Resume todo los libros de Jane Austen en dos líneas. Tremendo.)


Jane Austen en su escritorio

Borís Pasternak, El doctor Zhivago, Ed. Cátedra ( col. Letras Universales ), Madrid,2005. Traducción de Fernando Gutiérrez.

“ Andaban, y al andar cantaban Eterna Memoria. Los pies, los caballos y el soplo del viento parecían continuar el cántico cuando se detenían.
Los transeúntes abrían paso al cortejo, contaban las coronas y se santiguaban. Los curiosos, metiéndose entre las filas, preguntaban:
-¿Quién es el muerto?
Y les respondían:
-Zhivago.
-¡Ah! Entonces se comprende.
-Pero no él. Ella.
-Lo mismo da. ¡Dios la haya perdonado! Lujoso entierro".
( Que misterio...¿Quiénes son estos Zhivagos? ¿Qué ha de perdonarles Dios?)


Omar Sharif será toda la vida el Doctor Zhivago ...


Paul Auster, Leviatán, Anagrama ( lo siento, se lo he prestado a Tere y no tengo más datos: cuando lo acabes haznos un comentario y nos dices qué te ha parecido...).


“Hace seis días un hombre voló en pedazos al borde de una carretera en el norte de Wisconsin”.
(¿Cómo? ¿Por explosión espontánea? ¿Dónde demonios está Wisconsin?).


Y ahí van el principio y el final de Atando cabos, un libro que me gusta especialmente.
E. Annie Proulx, Atando cabos, Tusquets, Barcelona, 1995. traducción de Mariano Antolín Rato.

“He aquí el relato de unos pocos años de la vida de Quoyle, nacido en Brooklyn y criado en un batiburrillo de espantosos pueblos de la parte alta del estado de Nueva York”.

“Pues si Jack Buggit había podido escapar de un bote con salmuera, si un pájaro desnucado podía alejarse volando, ¡qué más cosas serían posibles! El agua puede ser más vieja que la luz, los diamantes romperse en sangre de cabra caliente, las cimas de las montañas despedir fuego frío, los bosques aparecer en medio del océano, y puede suceder que a un cangrejo lo atrape la sombra del dorso de una mano. Y puede ser que el amor a veces tenga lugar sin dolor ni infelicidad”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais.

Anónimo dijo...

"-L'amor em fa fàstic!
Havia pensat tota la tarda en aquell pobre gat i, sense voler, va tancar el reixat d'una revolada. A dalt de tot, entre cargols i rodones de ferro despintat, mig decantada i coberta de rovell, es veia una data: 1886. Havien comprat el reixat feia uns cuatre anys, a preu de ferro vell, en l'enderroc d'una finca expropiada per eixampla. La casa de seguida va semblar més senyora. I el jardí. Abans tenia una porteta de fusta i si el qui entrava era massa alt s'havia d'ajupir una mica.
El reixat, més ample, va deixar passar més aire i els arbres va semblar que se n'adonessin. El taronger amb les taronges agres com fel, tenia les fulles més verdes. Els rosers feien més roses. Era una pena que per aquell carrer no hi passés mai ningú. Acabava dos jardins més enllà amb una paret alta, el vent a penes movia les herbes que naixien ran de les pedres i hi havia una gran quietud com si cada dia fos diumenge." Rodoreda, Mercè. Aloma. 49a ed. Barcelona: Edicions 62,1999.

Anónimo dijo...

La tripulación alza su voz !! Hay más marineros en el ancho mar...gracias por navegar a nuestro lado: las corrientes no podrán con nosotros!